El escudo
Cuando asomes tu sereno rostro en el inevitable abismo de la desintegración, de la nada espesa y el olor a muerte sobre tu cara, cuando eso ocurra y te canses de derramar tu inconsolable desesperación sobre el eterno y monótono sonido del recuerdo, disfraza tu alma de papel higiénico y envíala en elegante y divertido viaje por las oscuras sendas del escusado. Así, la realidad desgarrará el papel y tu alma pasará clandestinamente a otra dimensión. Recuerda que, si de todas maneras la interceptan, es al papel higiénico al que atacaron.
1 Comentarios:
Me parece muy plena tu forma de escribir, no se aque te dedicas pero deberias dedicarte a esto definitivamente.
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