Abajo... arriba...
Se abre paso entre la tierra condensada, la presión de todo un mundo cae sobre sus entrañas, sobre sus primeros impulsos de voluntad. Crece, cava túneles, aún dentro, profundamente aplastada y oscura. Asoma apenas, como la mano desesperada de una tumba milenaria, desgastada y degradada.Afuera, los hijos de un tiempo mediocremente finito acumulan sus costumbres, se sientan a la mesa, se embarran de asuntos, diligencias. Se regocijan en la construcción de estructuras, de justicia empapelada y sellada, firmada y aprobada. Componen una historia cada vez más ficticia que se extiende sin frontera sobre los andamios de la certeza, cubriéndola, aplastándola y, finalmente, negándola, como sapo de negocios o gusano consultor.
Adentro, se despereza la tierra en forma de serpiente bifurcada, avanzando hacia un cenit inconcluso, donde quizá pretenda establecerse como espectador de un teatro enorme y jocoso. Se arruga, se tuerce y le crece cabellera verde. Su existencia se prolonga en aberturas infinitas mientras transcurre un tiempo dilatado, sin prisa y sin letrago, entre muertes desgarradas y súbitas explosiones de vida.
Cada vez más lejos, unos seres desgastados realizan el proceso contrario. Empequeñecen, disminuyen en volumen, se acercan cada vez más a una tierra seductora, inevitable, terriblemente magnética. Muchos terminan incrustándose en ella, hundidos, cubiertos. Pasan soles, pasan lunas, cientos, miles. Sólo a veces, del suelo ultrajado y amortiguado, se desprende un insoportable grito con forma de raíz. Se abre paso entre la tierra condenzada,...
3 Comentarios:
no se a que punto quieres, llegar, es decir, a mi me gusta tu forma de escribir y las palabras que usas, pero sinceramente en este relato, cuento, texto, escrito, pedazo, etc etc etc, no le veo luz al final del tunel, debería tener un sujeto, representar algo, si la idea no coge cuerpo, pues como que la sustancia se pierde
Es el ciclo, la vuelta al origen.La última frase es la primera. No hay luz y no es un túnel. Es la muete, que, a fin de cuentas, es la vida, y así sucesivamente. Los enterrados luego crecen en forma de raíz.
Es una percepción muy buena y fuerte de la muerte en si, pero exageras un poco y pones en evidencia tu claro desprecio sobre ciertos hijos del tiempo finito que no son más que igual al resto y que ya en la tierra se pudren de igual forma. Te recomentaría que pulas tu sarcasmo y así tus escritos no solo doleran sino fulminarán a aquellos cuya "vida" es un puñado de métodos implicitos y vanos.
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